Buscar referencias y opiniones es clave. Investiga en internet, consulta foros y redes sociales. Un buen indicativo de calidad es una residencia con comentarios positivos de otros dueños de mascotas. Además, visita personalmente las instalaciones para asegurarte de que sean limpias, seguras y bien mantenidas.
Un aspecto fundamental es el espacio disponible. Asegúrate de que haya suficiente espacio para que los animales se muevan y jueguen. Verifica que cuenten con áreas separadas para perros y gatos, así como zonas de descanso cómodas y protegidas de las inclemencias del tiempo.
Las residencias de calidad suelen ofrecer servicios extra como paseos diarios, atención veterinaria, alimentación especial si tu mascota lo requiere y actividades de enriquecimiento ambiental. Estos servicios garantizan que tu mascota no solo esté alojada, sino también cuidada y estimulada.
Es vital conocer al personal que atenderá a tu mascota. Deben ser profesionales cualificados y mostrar cariño y conocimiento sobre el trato animal. Pregunta sobre la ratio de personal por mascota y cómo manejan situaciones de emergencia o estrés en los animales.
El precio es un factor a considerar, pero no debe ser el único. A veces, pagar un poco más puede significar un mejor cuidado y mayores comodidades para tu mascota. Compara precios y servicios de distintas residencias. Recuerda que la salud y el bienestar de tu compañero peludo no tienen precio.